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Santander
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Domingo, 15 de diciembre 2024, 07:27
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Han caído chuzos de punta toda la semana. El Cantábrico, un día antes, tenía ese tono casi negro de los días de furia. Ni el sitio ni la hora para hacer la foto son casuales. Ha dejado de llover y, aunque la mañana anda hosca y fría, el cielo y la mar empiezan a clarear. Calma tras la tempestad. Justo lo que busca hoy el Racing. «Es un día muy de Santander», dice José María Ceballos Vega (Pámanes, 1968), que viene de La Albericia (trabaja con los porteros de las inferiores). Tiene razón. El día es puro Santander y él es puro Racing. Aunque no recuerde si son 460 partidos oficiales los que vistió la camiseta. Es así. Una leyenda que no se da importancia. Orgulloso, sí, de una trayectoria que incluye un ascenso a Segunda y dos a Primera. El del 93 y el de 2002. «¿Te acuerdas del campo viejo? Jugué de juvenil. De lo que más me acuerdo es del olor a puro en la tribuna de madera», dice al final de la conversación. En la despedida. Es un lujo la charla.
–¿Cómo le va la vida a José Ceballos a los 56 años?
–Me va muy bien. Muy feliz, muy contento. Hago las cosas que me gustan y estoy feliz tanto en lo personal como en lo deportivo, que sigo en ello.
–Es importante poder decir con esa seguridad que uno es feliz.
–Sí, sí. La vida me ha tratado bien y hago lo que me gusta.
–Acabamos de estar en la orilla del Sardinero. ¿Es más de playa o de montaña? Si le digo que me da la sensación de que es muy casero, ¿me equivoco?
–Me gustan las dos cosas, no sabría decir. Pero no soy de los que se va a la playa en verano todo el día a tomar el sol. De vez en cuando voy a correr, a hacer deporte. Me gusta más de esa forma. Y la montaña también me gusta. Bueno, yo soy de montaña de nacimiento, de Pámanes y, entonces, por ahí también me gusta estar en la montaña. Pero no te equivocas, soy casero. Me gusta estar en casa también, sí.
–Me contaba Manolo Chinchón que su mujer le dice que en la cama, dormido, todavía mueve las piernas y da saltos para despejar balones. Tiene ochenta años. ¿Usted sigue siendo portero cuando sueña?
–Sí. Totalmente. A veces sueño que estoy jugando en no sé qué campo. O que tengo que ir a jugar, me toca esa semana. Sí que sueño cosas así y, cuando pasa, te despiertas feliz. Todavía sueño con paradas y con fútbol, sí.
«Todavía sueño que soy portero y que estoy jugando. Cuando pasa me despierto feliz»´
«Habiendo gente como Nando Yosu o como Santi, yo me quito de esa etiqueta de leyenda»
«El nivel medio de calidad es muy alto y creo que puede salir sin problemas de una mala racha»
–Pero no con entrenar. ¿Por qué no le dio por ser entrenador? Más allá de trabajar con los chavales, digo.
–No es mi perfil. Yo no me veía. Me veo como entrenador de porteros, pero no como un entrenador principal, como entrenador de un equipo. Nunca me ha llamado y no me veía.
–¿Y cómo se lleva que a uno le digan que es una leyenda del racinguismo? Porque ha sido siempre un tipo bastante tranquilo, que se siente más cómodo sin el foco.
–Sí, es como dices. Tú quieres ser una persona normal. He tenido la inmensa fortuna de jugar en el Racing, de ser el jugador que más ha jugado, y es una cosa que llevo con mucho orgullo. Pero, bueno, normal. Te haces y lo llevo con normalidad.
–Pero es algo que le dirán por la calle. Le pararán...
–Sí. Algunos me dicen por la calle cosas así. Y algún compañero que tengo ahora entrenando en el Racing me lo dice. Pero bueno, le quitas importancia. No importancia a lo que supone, porque yo he tenido la inmensa fortuna de vivir algo así. Para mí ha sido un privilegio jugar tantos partidos y vestir tanto tiempo esa camiseta. De niño no lo hubiera ni soñado. Estaba prohibido soñarlo. Me parecía inalcanzable. Y luego tuve la fortuna de pertenecer a este gran equipo que es el Racing.
–Cuando hablamos de esta entrevista le dije que vistió la camiseta del Racing en 460 ocasiones y me respondió que no recordaba la cifra exacta...
–Sé que son cuatrocientos y pico, pero no me digas el pico. No me he parado nunca a mirarlo. Hay veces que me dicen cuatrocientos no sé... Y es que no sé realmente los que fueron. Pero me encantaría jugar uno más.
–Qué frase tan bonita. 'Me encantaría jugar uno más'...
–Sí, hombre. A todos nos gustaría jugar un partido más. Seguir jugando. Claro, por la edad no puedes. Pero es lo que hemos hecho toda la vida desde que salíamos al recreo en el colegio.
–¿Y aún se pone de portero en alguna pachanga?
–No, ya no puedo. Ando de las rodillas bastante mal. Pero claro que me gustaría. Decía Santi Gutiérrez Calle, que fue el coordinador de las inferiores, que él era coordinador o entrenador en su día porque no podía ser futbolista. Que si pudiera ser futbolista sería futbolista. Yo hago mías esas palabras. Haces de entrenador, estás con los niños, pero lo que realmente me gusta es el campo.
–Habla de Santi. Le voy a decir una frase de otro racinguista. «No es que haya dedicado mi vida al Racing, es que mi vida es el Racing». Es de Nando Yosu, pero podría ser suya, ¿no?
–Nando sí que es una leyenda del racinguismo por todo lo que nos dio a lo largo de los años. Fue importantísimo. Sí, mi vida ha sido el Racing desde que llegué aquí con dieciséis años. He estado siempre, de una manera o de otra, vinculado, salvo algún año puntual. El Racing siempre ha estado en mi vida. Es cierto.
–Dice que Nando sí que es una leyenda. Se está quitando la etiqueta otra vez.
–Sí, yo me quito. Habiendo gente como Nando por delante, o hablando de Santi Gutiérrez –que son dos personas de una importancia vital en aquellos años de un Racing glorioso–, sí, yo me quito esa etiqueta.
–Sé que la pregunta no es nueva. ¿Por qué nunca se fue?
–Porque estuve bien aquí. En su momento sí se pudieron dar las circunstancias para marchar, pero el Racing era un gran equipo, tú lo viviste también. El Racing de los noventa era un equipo con peso en Primera División y yo estaba contento aquí. Estábamos bien valorados y estaba cómodo en el Racing.
–Ahora se dice eso de 'One Club Man' (jugadores que han militado toda su vida en el mismo club). Le suena bien, ¿no?
–Sí, es bonito.
–Hablando de Nando. ¿Qué diría él en la charla antes de un partido como el de hoy?
–No sé lo que diría, pero sí que él trabajaba mucho durante la semana la intensidad de los entrenamientos. Apelaba mucho a la agresividad, a la camiseta, a dar el cien por cien. A los sentimientos. Y de ahí vinieron los éxitos que tuvo todos esos años que nos salvábamos cuando parecía increíble que lo sacáramos.
–¿Y qué diría José Ceballos si le invitaran a entrar al vestuario para hablar esta tarde?
–Tampoco hay mucho que decir. No he pensado en algo así. Yo creo que el equipo está muy bien asesorado, tiene muy buen entrenador y saben lo que quieren. Producto de ello es la buena situación en la que están. Somos líderes. Creo que tenemos que seguir por ese camino.
–¿Qué tienen los equipos que ascienden?
–Tienen fe, tienen constancia. Lógicamente, también tienen buen nivel. Aquí solo con 'trabajo, trabajo' no vale. Trabajan todos. Con echarle bemoles... Le echan bemoles todos, ¿no? Aparte de eso tienes que tener algo diferente. Esa fe, un buen grupo, un buen equipo de trabajo, calidad... Por lo que se percibe desde fuera, este equipo me parece un equipo unido, que trabaja bien, que tiene buen conductor o buenos conductores (los entrenadores) y que tiene calidad, desde luego. Tiene, de hecho, jugadores de mucha calidad. Son muchas cosas que, todas puestas y todas sumando, te pueden servir para ir a Primera. Pero siendo consciente de que tenemos unos enemigos importantes también.
–Pero, además, esos equipos tienen un aura, un halo. Están tocados y casi todo les sale bien. ¿Lo ve en este Racing?
–Creo que sí. Vamos a ver tras estos partidos en los que hemos tenido una pequeña crisis. A ver cómo salimos en estos partidos. Yo recuerdo que en el ascenso del 93 también hubo una fase durante la Liga que íbamos bien, que parecía que íbamos a subir directos, y luego nos tuvimos que meter en la promoción. Fue un pequeño bache, se superó y se subió. Vamos a ver si este año reaccionamos pronto y también cogemos el hilo. La Segunda es difícil, pero al equipo lo veo preparado.
–Justo en esos momentos es donde se ve si el equipo tiene lo que debe tener.
–Sí, lógicamente. Los jugadores van a hacer lo mismo, pero los estados de forma no son los mismos durante todo el año. En todo caso, creo que el nivel medio de calidad es muy alto en el Racing y que puede salir sin problema de estas rachas.
–¿Se parece en algo lo que está viviendo como espectador y lo que vivió desde dentro en el 93 y en 2002?
–Sí, sobre todo lo del 93. ¿Por qué digo eso? Porque en el 93 también se llevaban varios años abajo. No tantos como ahora, pero la gente tenía muchas ganas de Primera. Socialmente el equipo estaba muy unido con la grada, como se puede ver ahora también. Lo seguían mucho, estaban ilusionados. Lo que veo se parece mucho a lo del 93. Más que en 2002, que fue nada más bajar de Primera. Fue bajar y volver a subir.
–Esos dos años ahora se recuerdan idealizados, pero no fueron un camino de rosas...
–No, no lo fueron. Recuerdo, por ejemplo, que en 2001 bajamos y nos pasó un poquito como les pasó las primeras jornadas al Almería o al Granada. Hubo unos partidos ahí que perdimos. Incluso estuvimos en la zona de descenso. Fue cuando se produjo el cambio y vino Quique. Después el equipo se metió mucho y conseguimos el ascenso, pero no fue fácil. Nada fácil. Hubo un cambio de entrenador, situaciones complicadas... Y en el 93, a Paquito –que si como entrenador era un nueve, como persona era un un diez– tampoco le resultó fácil. Hubo una fase de malos resultados y, al final, se hizo con el partido del Español, que podía haber salido cara o cruz al ser una eliminatoria.
–De esos momentos salen los líderes, que no siempre tienen que ser los jugadores que más destacan... ¿Me hablaría de los líderes con los que ha compartido vestuario?
–Yo he jugado con gente como Quique o como Gerucho, que era también un líder en aquel ascenso del 93. El líder puede ser el mejor jugador, pero normalmente suele ser gente tapada, tipos que son humildes y que miran por el bien del grupo siempre. Más que por el bien individual. A veces es un líder con la palabra, con lo que dice. Otras veces es un líder con el trabajo y con el ejemplo que da.
–Eso es muy importante.
–Sí. Lógicamente. Sobre todo para apaciguar y que no haya problemas. Que no empiece cada cual a tirar por un lado.
«Hay generaciones que no han visto al Racing arriba. Tienen hambre de Primera División»
«Siempre hay líderes. No sé quién lo es, pero Íñigo Sainz-Maza tiene mucha pinta»
«Es un porterazo, un portero de mucho nivel. Lo mejor de la Segunda División»
–¿Ve líderes en este Racing?
–Siempre hay líderes.
–¿Siempre?
–Siempre. Y cuando algún veterano o alguien con mucho peso se va y se dice que el equipo se ha quedado sin líderes, aparecen. El más insospechado, el que menos piensas, es. Siempre aparece. En este equipo, los que estamos fuera no lo sabemos –nunca les ves–, pero seguramente dentro sea evidente que hay líderes.
–¿Alguno concreto con pinta de serlo?
–No lo sé. Pero Íñigo Sainz-Maza tiene mucha pinta.
–¿Son iguales los líderes de ahora que los de antes? ¿El futbolista en general ha cambiado mucho?
–Los futbolistas han cambiado como la sociedad, como todo. El fútbol ha cambiado como las personas.
–¿En qué sentido?
–Pues en el de una sociedad más preparada, mucho más abierta, con gente que ha visto más mundo, más sociable, con más educación.
–Hablando de jugadores, le tengo que pedir que me analice a Ezkieta.
–Me parece un porterazo, un portero de mucho nivel. Lo mejor de la Segunda División. Tiene mucha envergadura, domina todas las fases del juego y transmite seguridad. Me parece muy bueno. Y a Parera le hemos visto en Copa, donde hizo un partidazo. Está en forma. Podemos estar tranquilos con los dos porteros que tenemos.
–¿Y si le pido que me analice lo que ve en las inferiores?
–Hay cosas muy interesantes. Yo que he vivido etapas anteriores de inferiores, veo jugadores con posibilidades de llegar al al primer equipo.
–Son etapas, pero de aquí han salido buenos porteros.
–Sí. Hay etapas. Y no es fácil tampoco. Hay poblaciones más grandes y, por cantidad, es más fácil que salgan. Pero aquí se está trabajando y ya te digo que en el futuro, creo que sin tardar, habrá gente arriba.
–Hablaba el otro día con Roncal y también con Moratón y comentábamos que el tema de los niños, de los jóvenes con el Racing pasa por un momento sensacional. ¿Lo nota?
–Sí. Totalmente. Yo lo veo en casa. Mis hijos están locos. Desde el jueves están pensando en el Racing, en quién juega, quién no juega, quién va a ser el rival... Lo ves por la calle. Y sobre todo en la gente joven. Hay que tener en cuenta que estas generaciones tan jóvenes al Racing no lo han visto en el primer nivel. No lo han vivido. Tienen ganas de que suceda. Tienen hambre. Tienen ganas de ver partidos de Primera.
–Yo diría que más que nunca.
–Probablemente sí. Más que nunca. Aquella época del 93 también era un poquito así, pero llevamos muchísimos más años sin estar en Primera.
–Roncal decía que ahora le piden camisetas de hace treinta años, que no le había pasado nunca.
–Sí, además están de moda con esto de la moda retro. Sí, se idealiza, como decías antes, un poco lo de aquellos años.
–¿Guarda muchas camisetas en casa? Seguro que hay una a la que tiene especial cariño.
–Sí, tengo muchísimas. De las mías tengo prácticamente de todos los modelos con los que jugué, y después tengo de compañeros del Racing de otras épocas, y de jugadores con los que la cambié, como Iker Casillas, que fue campeón del mundo. De gente así.
–Pero habrá alguna muy especial. Ese recuerdo íntimo...
–Se ha hecho muy icónica la verde con las rayas blancas y negra. Para mí fue un orgullo que la volvieran a sacar y ser el modelo. Pero el mayor recuerdo, por encima de todo, es el de mi debut. Ese momento no lo olvidaré en la vida. En Eibar. Luego hemos tenido ascensos y otras cosas, pero el día que Ufarte da la alineación y dice 'con el uno va José Ceballos', para mí fue inolvidable.
–Ya acabamos. Habrá visto que no le he preguntado por Prados García.
–Ya. Nada, nada. Es una anécdota que sucedió hace muchos años y, bueno, forma parte del paisaje. Aunque es verdad que sale siempre en las entrevistas. En todas.
–El mejor portero ha sido...
–Para mí, Buffon.
–El mejor portero actual es...
–Courtois, sin duda.
–El futbolista que más le asombró entre sus compañeros.
–Quique Setién.
–¿Y entre los rivales?
–Romario.
–¿Messi o Cristiano?
–Messi.
–¿Messi o Maradona?
–Messi.
–Un color para la camiseta de un portero.
–Negro.
–Lo que más le gusta comer.
–La pasta.
–Último lugar al que ha ido de vacaciones.
–Port Aventura.
–Un amigo que le dejó su paso por el fútbol.
–Me dejó muchos, pero diré uno: Esteban Torre.
–Termine el estribillo: una ilusión nos persigue...
–A Primera División... Pero tenemos que disfrutar el camino.
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